El reino de Dios es de quienes son como niños y… juegan Pokémon Go
La entrada al Cielo se veía como la entrada al Metro Auditorio en viernes de quincena con lluvia: mojada, enlodada, hasta el moco, horrible. No había forma de moverse, ni […]
La entrada al Cielo se veía como la entrada al Metro Auditorio en viernes de quincena con lluvia: mojada, enlodada, hasta el moco, horrible. No había forma de moverse, ni […]
Le pedí a Dios ser tu mujer devota; ser tu amiga cuerda y tu amante loca. Con puros besos hechos por mi boca quería poder curar tu alma rota. Le […]
Se me olvidaron los pendientes
y perdí el autobús. Se me olvidó mi nombre, se me olvidó escribir, se «me fue» dormir…
se «me pasó» sonreír.