La historia del salón de belleza
Pues resulta que ayer decidí convertirme en una señorita decente; bueno, la verdad es que no del todo: Dios me obligó. ¿Qué? Se preguntarán algunos; sí, no me quedó de […]
Pues resulta que ayer decidí convertirme en una señorita decente; bueno, la verdad es que no del todo: Dios me obligó. ¿Qué? Se preguntarán algunos; sí, no me quedó de […]
Sabes que nada quiero. sabes que nada pido; sólo tu amor sincero, en mi pecho vertido. Sabes que nada valgo, pero si un día quieres con tu mano darme […]
Mi papá es un cursi, es de esas personas que aman ver películas de Walt Disney y platicar sobre novelas de amor. Es tan cursi que cuando era niña […]
Duele la vida, duele todo, dueles tú. Quiero llorar y ya no hay lágrimas, sigo de pie, pero me estoy muriendo. Estoy enferma de amor, estoy enferma de ti. […]
Para Christina Grimmie, que Dios la tenga en su Gloria. ¿Por qué a los músicos? ¿Por qué a Christina? ¿Por qué, Dios mío? Su voz era de ángel, sus […]
Tengo la buena (o mala, ya ni sé) costumbre de usar las cosas hasta que se caen de viejas, y esa moda mía no es nueva; la traigo desde que […]
La razón por la cual no me peino en las mañanas es la misma por la cual no trabajo haciendo ecuaciones diferenciales: porque no sé cómo, simple. Si me paso […]