Hablar como cajera del metro: Dícese de la acción de abusar del teléfono como medio de comunicación, o de exhibición; hablar todo el día, no despegarse del celular, etcétera.
Mi amiga Pau llegó el otro día muy enojada quejándose de que iba a tener que pagar como mil pesos adicionales a su renta de celular: ¡No mamen! Pinche compañía, me roban, es un abuso, se pasan, etcétera, etcétera, la letanía siguió con adjetivos cada vez más impropios. Traté de entenderla, la tranquilicé, le dije que no valía la pena enojarse tanto, que el dinero y las cuentas del teléfono van y vienen; pero pues ya que le bajó un poco a su enojo la regañé yo: «¿Pues qué quieres Pau? ¿Supones que te van a cobrar sólo los minutos que incluye tu plan cuando hablas como cajera del metro?
—¡Qué! —preguntó en un tono que encendió de nuevo el fuego de su enojo—.¿Cómo que hablo como cajera del metro?
—Pues sí, güey.¡Hablas todo el día!—. Con esto me di a entender, si las cajeras del metro están pegadas al teléfono todo el día, y ella hace exactamente lo mismo, la relación es obvia.
Algo que me he preguntado toda la vida, o bueno, durante la fracción de mi vida que he tenido que utilizar el metro es con quién hablan las chicas o señoras que despachan los boletos del metro. Siempre se ven todas sonrientes y muy concentradas mientras hablan; ¿se la pasarán platicando con su novio? No sé, yo creo que difícilmente hay un novio que aguante el ritmo de estar hablando por teléfono durante toda una jornada laboral, seguramente hay alguno por ahí, pero no estoy segura de que haya suficientes de esos para atender a todas las cajeras del metro; ¿o tal vez tienen más de uno? Quién sabe, tampoco es opción. Entonces, ¿con quién ·$%·»·% hablan?
Alguna vez se me ocurrió de que tal vez, además de su chamba de vender boletos, cumplen alguna función de telemarketing, atención a clientes o similar. Pero no creo, ¿o tal vez platican con alguien del más allá? Ni idea; creo que buscaré hacerme amiga de alguna cajera del metro para que me cuente qué onda. De hecho a veces me pregunto por qué no hay chicos despachando boletos para tener una historia tipo la película de «Un ángel enamorado».
Bueno equis, ya me viajé mucho, creo que el tema da hasta para hacer un reportaje sobre el misterioso interlocutor permanente de las despachadoras. Si alguien conoce gente que pueda aportar información valiosa a mi research, juro que se lo agradeceré.