Yo soy una, tú eres dos.
Uno real, otro no sé.
Uno imaginario, otro tal vez.
Por jugar con magia negra,
con vida de la tuya
construí otro ser:
Un sueño, una ilusión
un tú que sólo es mío,
un tú que no es verdad.
Tú y tú, así son…
Uno me ama, otro no.
Uno me quiere, otro quizás.
Uno me sigue, otro se va,
uno se desvanece, otro se queda.
Así son…
Ojalá fueran uno.
Ojalá esa ilusión existiera.
Ojalá…
¿Y «ojalá» qué significa?
Dios quiera.
Pero no…
Por jugar con magia negra
un castigo he de tener
este es no tener al tú real
y sólo vivir con la ilusión.
Bendito castigo.
Bendita ilusión.
Con tu sabor despierto cada día,
con tus imágenes me quedo dormida.
Esta ilusión es muerte en vida,
esta ilusión creo que no eres tú,
pero te le pareces.
Es el «tú», el otro, el malo,
o quizás el bueno.
Yo no sé nada…
Sólo creo,
y creo en ti,
aunque seas un sueño,
una ilusión maldita.
Esa ilusión llegó
ese otro «tú» apareció
cuando quise que te quedaras
para siempre…
Y no volviste
entonces intenté un hechizo
y así surgió ella,
la ilusión.
Mismos ojos, distinta mirada
mismo deseo, distinto sueño.
A veces quisiera que se fuera,
que esa ilusión muriera…
pero la necesito,
ella es ahora el dolor
que me mantiene viva.
muy bueno, saludos
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Gracias por leer 🙂
Saludos de vuelta.
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