Qué hueva ser como mis padres
e hipotecar la vida a
cambio de una casa.
Qué hueva ser millenial
y no tener nada.
Qué hueva casarse
y entregar la vida.
Qué hueva quedarse solo
y bebérsela completa.
Qué hueva salir
y encontrarse con el mundo.
Qué hueva estar en casa
y acompañar a las paredes.
Qué hueva estar triste.
Qué hueva ser feliz.
Qué hueva el drama.
Qué hueva la ecuanimidad.
Qué hueva ser «godínez»,
qué hueva ser «nini».
Qué hueva el romanticismo,
qué hueva «la era del vacío».
Qué hueva la guerra improductiva
qué hueva la paz hipócrita.
Qué hueva el amor.
Qué hueva la indiferencia.
Qué hueva bailar.
Qué hueva quedarse sentado.
Qué hueva salir a protestar.
Qué hueva el silencio.
Qué hueva…
Qué hueva es estar vivo,
qué hueva es no estar muerto,
o más bien, ni uno ni otro.
Hubieras leído este en FeIpol. ¿O acaso te dio hueva? 😛
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Jajajaj, hueva no, me dio miedo
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Hubiera causado sensación. Estoy seguro.
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Ya será el año que viene. 🙂
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Ya dijo.
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