1.- Subirme al metro y ¡encontrar lugar sentada! Si ya no hay pero un sujeto carita me lo cede, pues el placer es doble.
2.- Salir del metro atascado y caminar solita por una calle vacía, y si acaba de llover y hace un algo de frío pues mejor.
3.- Ir con hambre al Costco o Superama y que haya muestras gratis de platillos e ingredientes de no mames en cada esquina. Saben a gloria, neta.
4.- Encontrar un Oxxo, K+, 7Eleven, Extra o «Tiendita abierta for ever» afuera del antro o casa de la fiesta donde pasaste la noche. Saborear un Gansito, Barritas Marinela o un Lonchibon a las 3 de la mañana no tiene madre.
5.- Quedarte dormido en el metro, camión o combi y pasarte de donde originalmente te ibas a bajar. Puede hacerse tarde, pero lo bien dormido nadie te lo quita.
6.- Desayunar chilaquiles los viernes después de haberte portado muuuy bien toda la semana. Si traes desvelada encima saben mejor.
7.- Encontrar letreros con faltas de ortografías en la calle, lugares con nombres que dices «¿really?» como Miscelánea «Los Tres Gordos» y cosas así, tomarles una foto y verlas cada vez que necesites reirte de algo.