El mensaje

Un Bip-bip me despertó en la madrugada,
busqué mi celular debajo de la almohada.
Apareció un mensaje de color verde,
Pensé que estarías tú tras las palabras.
Así fue, encontré tu rostro y sonreí.
Una pregunta fue lo único que vi
y sin pensar, de inmediato respondí.

-¿Cómo estás? Dime qué quieres de mí.-
Pregunté deseando responder.
-Bien :), deseo estar ahora junto a ti. 😉
Entonces en cuerpo y alma fui con él,
sin salir de la cama lo seguí;
pude sentir sus labios sin besarlos
y tener todo su cuerpo sin tocarlo.

Le dije muchas cosas e imaginé otras,
como decirle «te quiero», sin querer;
como cuando tropiezas sin pensarlo
o lastimas a alguien sin desearlo.
Abrí los ojos y le imaginé allí.
La oscuridad es una amiga mentirosa
y me dejó contemplarlo sin mirar.

Él se fue; otro Bip-bip me despertó,
no fue un mensaje, sino el despertador.
En vez de su cuerpo, encontré mi celular.
Quise verlo dentro de cada mensaje,
pero sólo hallé dos líneas y una palabra
Dos «hola», uno era suyo, el otro mío.
Tras el segundo me quedé dormida…

 

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