Te regalo un poema, un pedazo de mi mundo.
Te regalo mi vida, un fragmento de lo eterno.
Ambos pueden ser tuyos, quédatelos sin miedo,
en un poema está mi vida; en mi vida, mi poesía.
Te regalo mis versos, llevan algo de mi sangre;
en la tinta sobre papel… recuerdo de tu piel.
Guárdalos en tu pecho, o quémalos en la noche.
Ellos ya no son míos, a ti cedí mi derecho.
Te regalo mis días, y también todas mis noches.
Tuyas son ya mis lágrimas, también todas mis sonrisas.
Te regalo mis sueños; todos, hasta los más locos;
son poesía de mi poesía y vida de mi vida.
Sólo eso te regalo, pues es todo lo que tengo:
un poema y una vida… sólo eso, para ti.