Osos frente al altar parte II: la boda de mis papás

Cuando tenia 18 años mis papás me dijeron que se querían casar. Y, ¿que no se habían casado antes? Pues no; o no por la Iglesia; ellos siempre me habían dicho que su boda había sido en Las Vegas al estilo Britney Spears. El tema salió en la carretera de Oaxtepec a Cuautla, así: de la nada, y ante esa noticia yo no sabía qué hacer; no tenía claro si echar desmadre o tomármelo muy en serio. Sin embargo, la conversación cursi se vio interrumpida por una preocupación de mi madre: «¡Qué oso! ¡Bonita me veré casándome ahorita!». Entonces, mitad en broma y mitad en serio, sugerí una solución para contrarrestar semejante oso social: «Pues… ¿por qué no van y se casan en la misa de las 9 de la mañana? Así no va nadie y se casan solitos». Cabe señalar que en Cocoyoc, donde ellos viven, sólo hay tres misas (a menos que contrates una privada): la de los sábados a las seis, la de los domingos a la una, la estelar; y la de los miércoles a las nueve de la mañana, a la que sólo asisten los patos que viven en el lago junto a la iglesia y unos cuantos humanos más.

La verdad es que yo nunca pensé que fueran a tomar en serio esta recomendación, creí que me iban a mandar por un tubo; pero no, ellos se casaron un miércoles de febrero del 2009, en la capilla de Lomas de Cocoyoc, a las nueve de la mañana. Cuando me vi caminando en medio del cortejo nupcial improvisado me percaté de la situación y lo único que pasó por mi cabeza fue: «vale madres… ¡estos jefes míos me hicieron caso!, ¿en qué mundo los padres hacen tanto caso a sus hijos?».

Ese miércoles los patos no fueron a misa por el susto que se llevaron al ver a tantos humanos entrar a una iglesia entre semana y a las pinches nueve de la mañana, porque eso de que no habían invitado a prácticamente nadie fue puro cuento, pues o la gente se invitó sola o a la mera hora ellos decidieron que sacarían ¡la! fiesta.

Bueno, ese fue el oso de ellos, ahora viene el mío: mi mamá me pidió con todo su corazón que cantara en la misa el día de su boda. No pude decir que no, me organicé con un amigo de la familia para que el tocara la guitarra y cantara junto conmigo, después logramos que una tía se uniera, y finalmente un niño que ni conocía pero que estudiaba música en el Conservatorio se nos sumó ahí ya en plena misa, esto debido a que era hijo de una amiga de mi hermana y ella más o menos lo obligó.

Lo sé… eso ya no es sólo uno oso, pero como siempre he dicho: si vas a hacer un oso que sea polar, y pues polar porque iba vestida de blanco al estilo de page chafa. Creo que ni las canciones ensayamos bien y nos equivocábamos a cada rato. Pero pues no podía reírme… o sea, ¡era la boda de mis papás!

Cabe decir, que el oso mío de la boda empezó desde antes, pues pasó que cuando los acompañé a las pláticas «prematrimoniales», sí, en esas en donde les hablan de sexo a las parejitas jóvenes y les explican como deben portarse, pasó que el cura que la daba pensó que yo era ¡la que se iba casar! y hasta preguntó por el novio, y pues todavía se me ocurrió decirle: «No padre, ellos vienen a casarse juntos, yo me caso solita».

En fin… Al salir de la boda, yo pensé que nadie haría nada y que todos los invitados ahuecarían el ala y se irían… ¡pero no! Resulta que hubo desayuno digno de un bautismo en el Club de Cocoyoc, por lo que el oso continuaría.

Y pues ya… esa fue la historia; el «fiestón» acabó como a las seis de la tarde, porque mi papá tenía que ponerse a trabajar; sí, él es de esas personas que llueve, truene o se casen, trabajan, y para acabarla de amolar yo heredé ese gen, por lo que sí en mi boda (si esta algún día sucede fuera de una kermess) ven que si saco mi compu y empiezo a escribir babosadas, ni se sorprendan, ustedes sigan en la fiesta.

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.